No, no tengo que saber qué hacer con mi vida

Foto de Craig Adderley en Pexels

“¿Qué haré en el futuro? ¿a dónde me dirijo? No sé qué hacer con mi vida, estoy perdido, hay muchas cosas que hacer…” ¿Te has hecho alguna de estas preguntas? ¿Has tenido estos pensamientos? Es muy probable que sí. Yo también, y aquí va una pequeña reflexión sobre esto. *No es sobre el sentido de la vida, sino el no saber qué haremos en el mediano-largo plazo.

Se podría decir que a la mayoría de las personas nos entra una especie de crisis existencial cuando somos adolescentes, un poco antes de terminar el colegio y decidir qué estudiar. Nos han instaurado que después del colegio/secundaria, debemos ir a la universidad, conseguir un trabajo, y que nuestra vida entre -o continúe- en una monotonía despertar-trabajar-comer-dormir-repetir. Que si eso es algo bueno o malo, no lo sé, depende de cada persona, para algunos lo mejor puede ser vivir bajo una misma rutina, mientras que otros pueden preferir tener una aventura diferente cada día.

No hay algo mejor o peor. Ah, me estoy yendo un poco de las ramas…

Sigamos con el tema.

Hoy en día, hay demasiadas cosas por hacer, demasiadas opciones, demasiadas formas de lograrlo, demasiados tipos de trabajo, y un largo etc de “demasiados”. Efectivamente llega a ser estresante saber qué y cómo elegir qué hacer: “me gusta la medicina, pero detesto la sangre” o “me encanta pintar, pero no quiero tener un sueldo bajo” o “quiero conocer otros países, pero no me puedo subir a un avión”. Puede que una de las razones por las que te sientes bombardeado/a es porque existe una especie de incongruencia, o, paradoja, por decir de alguna forma, con tus gustos y mentalidad/habilidades/ideales. Quizás, quieres hacer tantas cosas que no sabes por dónde empezar.

Ejemplificaré conmigo. Cuando estaba en el colegio, me gustaba todo, pero a la vez no me gustaba nada.

 ¿Cómo?

 Me gustaban las ciencias, me gustaban las matemáticas (pero me costaban jeje), me gustaba la historia, me gustaba filosofía, etc. Disfrutaba las clases, y disfrutaba aprendiendo y leyendo sobre estas cosas en internet. Sin embargo, nunca me vi viviendo como, por ejemplo, doctor, o ingeniero, o filósofo, o profesor. Sentía que ninguna carrera de las existentes en el puto mundo me llenarían el corazón ni la mente. Y eso me desmotivaba. Quería hacer todo, probar de todo, y no vivir siempre de lo mismo. Y creí que no se podía. De hecho, no decidí qué estudiar hasta este año, 2 después de salir del colegio, porque no quería entrar a la universidad solo por entrar.

Postulé y quedé en la universidad, en una carrera que ni quería estudiar, o que, al menos, no me llamaba la atención (comercio internacional).

Aproximadamente 1 mes y medio luego de ser aceptado en la universidad, comencé a ver videos sobre finanzas, y la verdad me comenzó a llamar bastante la atención y gustar. Seguí leyendo libros de crecimiento personal, negocios, dinero y finanzas, y me di cuenta que elegí bien la carrera que estudiar. Me gustan las finanzas. Lo veo como algo entretenido, de mi agrado, y que sé poder hacerlo bien. Considero extraño haber llegado a estar 100% seguro de mi elección (o creerlo, al menos) después de haberla tomado, pero bueno, así es la vida.

Sin embargo, no me veo trabajando en el sector finanzas o negocios toda mi vida; cualquier cosa puede pasar, y no sé qué ni cómo pensaré en el futuro. Quizás me enamore tanto del tema que viva toda mi vida trabajando feliz como empleado, como puede que en algún momento me aburra de todo y comience una nueva vida.

Y no me da miedo no saberlo y no tenerlo todo planificado.

¿Por qué? Hay una frase de Mary Callahan Erdoes – La mujer del billón de dólares- que, cuando la leí por primera vez, me relajó. Dice así, “No creo que se pueda diseñar un camino en la vida para llegar a donde queremos. Mucho ocurre por accidente o circunstancia.” A eso le añadiría, yo, esto: “puede que ni siquiera sepamos a dónde queremos llegar, y está bien. Lo que sí debemos hacer es, aunque sea, tener objetivos a mediano plazo, que podrán ir variando con el paso de los años, y nosotros tendremos que adaptarnos a las nuevas circunstancias que se nos presenten en nuestra vida”.

Creo que todo en la vida, siempre que hagamos algo por ella, comenzará a formarse. Tengamos o no un plan definido.

Posiblemente muchos queramos hacer más de alguna cosa en la vida. Algunos quizás quieran estudiar más de una carrera. Otros quizás quieran conocer todos los países. Otros quizás quieran estudiar más de una carrera y de paso conocer todos los países y rincones del planeta.

Debes trabajar, esforzarte, y trabajar aun más en ese objetivo que tienes. Actuar con decisión, deseo, y acción masiva hacia la consecución de esa meta. Vas a sufrir, vas a llorar, vas a disfrutar, vas a aprender, vas a conocer gente. Así es la vida. Conseguirás algunas cosas, y otras no. Acéptalo, pero trabaja por ello, sin nunca dejar de lado tu humanidad; es decir, socializa, ama, juega, ríe. Todo eso es parte de esta única vida que tenemos, y debemos aprovechar.

En estos momentos, me siento feliz. Tengo fe en lograr muchas cosas, y sé que haré muchas. Muchos dicen que el tiempo está en nuestra contra. Yo no lo veo así. El tiempo está a nuestro lado, y cada uno decide si lo maltrata o lo cuida y maximiza. Además, las tecnologías y avances científicos son cada vez mayores. ¿Quién hubiera pensado que llegaríamos a tal punto en que podamos imprimir un órgano completamente funcional e implantarlo en alguien que lo requiera? ¿Quién hubiera pensado que seríamos capaces de modificar el código genético de una persona? ¿de reprogramar células para que se auto regeneren?

 Ahora mismo, son procedimientos caros, sí. Pero cada día que pasa, disminuyen, y tengo una convicción tremenda de que más temprano que tarde, todos tendremos acceso a ellos. Se estima que la esperanza de vida en el año 2100 va a ser de 100 años como promedio, aproximadamente.  Pero ojo, esa es la esperanza de vida al nacer. Mientras el tiempo pasa, y las tecnologías avanzan, la esperanza de vida puede subir -o disminuir, de acuerdo a las condiciones mundiales y/o de tu país.

 ¡Hay incluso expertos que creen que los primeros humanos que vivirán más de 1000 años ya han nacido! Es decir, quizás tú y yo vivamos un milenio. Por supuesto, cualquier cosa puede pasar. Quizás la raza humana se auto destruya en 5 años. Cualquiera de nosotros podría sufrir un accidente, y hasta ahí, no más.

Confío en que viviré, por lo menos, 120 años gracias a todos los avances. Si me estás leyendo, y tienes menos de 30 años, ¿te imaginas estar en el año 2110-2120, bien parado, siendo capaz de hacer todo por tu cuenta, estando sano? Es altamente probable, siempre que nos cuidemos física, nutricional y mentalmente, que lleguemos a eso. Imaginar que en el año 1950 la esperanza de vida era de unos 65 años (no estoy 100% seguro), y que hoy sea de poco más de 80, me llena de confianza y positivismo de cara a todo lo que viene.

No sé qué haré. No sé cómo lo haré. Pero tengo a mi familia y objetivos por los que vivir y luchar día a día.

No desesperes. La vida avanza. Hay tiempo. Solo debemos no conformarnos con quedarnos estancados. Experimenta lo más que puedas de acuerdo a tus condiciones físicas, psicológicas y económicas. Solo así podemos conocernos a nosotros mismos, saber si vamos por el buen camino, y ser más flexibles y adaptables al cambio y al desarrollo de nuestras vidas.

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